De volver a ser feliz

"Que ser feliz es sólo un sueño, un falso invento... que sólo existe poder serlo por momentos..." Ya lo decía Dani Martín en "La vida", canción de ECDL. Y no le faltaba nada de razón al muchacho...

La felicidad es un estado transitorio de nuestras vidas. Quien aspira a ser feliz cada segundo de su vida es un soñador, un iluso. No existe felicidad sin tristeza, igual que no hay bien sin mal. ¿Cómo sabemos que estamos felices si nunca hemos estado tristes? Si no pasamos por momentos malos, por malas experiencias, no sabemos apreciar realmente los instantes que la vida nos regala de cuando en cuando, esos instantes a los que llamamos felicidad.

Por uno de esos instantes atravieso ahora mismo. Yo que recientemente probé el sabor de la pérdida, de la desilusión, de la más profunda tristeza, sentimientos de los que todavía me quedaba en una u otra manera un amargo retrogusto, precisamente yo por eso sé apreciar más que nadie el dulce sabor de la felicidad, de la ilusión, del amor... Felicidad, ilusión y amor que ha traído a mi vida de una sola vez una persona muy especial... la persona más especial que he conocido en mi vida...

De querer lo que no podemos tener

La capacidad de raciocinio es una característica inherente al ser humano, de la cual obtiene su nombre científico, Homo sapiens sapiens, hombre sabio o racional. A menudo nos empeñamos en cuestionar esta racionalidad nuestra que genéticamente nos viene impresa. Podría mencionar miles de ejemplos incluso a escala política mundial, pero hoy me quiero centrar en uno más de andar por casa.

Muchas veces somos como niños, esos niños que tienen a su alrededor todos los juguetes habidos y por haber, pero que quieren aquel juguete que no pueden tener, el juguete que tiene otro niño o que simplemente les es inaccesible. Patalean, lloran y todo porque quieren a toda costa aquello que no tienen... que no pueden tener.

Los adultos somos iguales. Décadas de desarrollo neuronal, psicomotriz y de adquisición de experiencia que parecen no haber servido para nada. Seguimos queriendo lo prohibido, lo que nos es esquivo. Una es la diferencia. Ahora no sólo queremos lo que no tenemos, sino a quien no podemos tener. La mente humana nunca dejará de sorprenderme, nisiquiera la mía propia. A todos nos ha pasado, nos pasa y nos pasará. Habitualmente ignoramos a aquellas personas que con mayor interés nos buscan, nos desean o nos aman, simplemente porque es demasiado fácil. Lo fácil no nos gusta, no nos motiva, no nos plantea un reto. Sin embargo somos capaces de perder los estribos, arrastrarnos y rebajarnos hasta límites insospechados por personas que ni por un instante sintieron nada de aquello que nosotros por contra sí. Son a menudo estas relaciones las que tienen un final dantesco. Acaban con el alma y el corazón roto de personas cuyo único pecado fue cegarse por la avaricia de conseguir su santo grial, ignorando otras propuestas que no por más sencillas de alcanzar eran menos válidas.

De cuando San Fernando se convirtió en Isla Nublar por una noche

Madre mía. No he visto algo igual en décadas. ¡Qué digo décadas! ¡En siglos no he visto algo igual!. ¿Tenéis en mente las imágenes de Parque Jurásico cuando lo que es un agradable paseo vespertino se convierte en una noche de tormenta con rayos, lluvia torrencial y dinosaurios que parece que no han comido en su vida? Pues quitadle los dinosaurios hambrientos y estáis imaginadoos San Fernando esta noche. Me ha faltado ver algún T-Rex ó uno de esos chiquiticos que escupen babas con hechuras de alquitrán cuando he ido a la ventana del salón a comprobar estupefacto tal espectáculo de luces y color.

Según la web de nuestro querido ayuntamiento, San Fernado disfruta de 3.100 horas de sol al año. Pero chacho, cuando el sol se va es puro veneno...

Eminem - Love The Way You Lie (feat. Rihanna)

Con más de cien millones de visitas en Youtube, la vuelta de Eminem ha sido por todo lo grande. Con la ayuda de Rihanna, sacaron adelante este tema que habla sobre la violencia de género. Él acusado de haber pegado, entre otras, a su madre y ella víctima de este tipo de violencia, son seguramente los más indicados para convertir esta canción en un rotundo éxito.



Genial.

De la recta final de los exámenes

Son las 23:16 del domingo. Mañana lunes tengo el examen de química orgánica y me quedan muchas reacciones que estudiarme. Aún así tengo la confianza de que mañana apruebo. Estoy convencido. Por ahora llevo dos de dos y no pienso romper la racha, eso sí, me espera una larga noche entre aldehídos y alcoholes, pero por desgracia no ron Barceló ni Brugal, sino de los alcoholes feos, de los que tienen radical -OH y esas cosas.

El viernes acabaré mi ronda de exámenes de septiembre y si Dios quiere estaré en condiciones de poder presentarme ya a diciembre. Ya se ve la luz al final del túnel, este oscuro y largo túnel.

Después vendrá la luz, la luz de Roma. En apenas 12 días volveré a la que es mi ciudad favorita, la ciudad eterna. Dicen que quien echa una moneda a la Fontana di Trevi vuelve a Roma, así que será el caso de volver a echar una monedita y garantizarme pisar de nuevo las escaleras del Colosseo.

De sembradores de vientos y cosechadores de tempestades

"El que siembra viento, recoge tempestades". Aún a día de hoy hay gente que se sigue empeñando en continuar con la larga tradición de la cosecha de vientos huracanados. Se trata de una agricultura totalmente obsoleta y de la que está científicamente comprobado que se obtienen resultados muy poco ventajosos. Agricultores estos que repiten una y otra vez los mismos errores, a menudo con las mismas personas, pero que son incapaces de hacerse cargo del fruto de su esfuerzo eolicultor.

Señores y señoras que se dedican al noble arte de sembrar vientos... no se sorprendan ni se lamenten si luego las cosechas de vientos huracanados son de magnitudes y cuantías muy por encima de sus expectativas. A ustedes les sorprende... a nosotros no.

Del Mercadona y el Show de Peibol

Emulando al mismísimo Jim Carrey en el Show de Truman. Así me siento cada vez que entro a comprar en el Mercadona. No hay una sola vez que no me pase lo mismo.

Sea la hora que sea, entro, paso por delante de las cajas y no hay nadie... cojo una barra de pan o un par de cosas como mucho, voy a la caja... ¡y la cola llega al pasillo de los embutidos! ¡Si sólo han pasado dos minutos! ¿De dónde ha salido esa gente? Yo creo que me controlan por las cámaras y dan órdenes para que todos vayan a línea de caja a la vez, porque sino no me lo explico...

Señor Juan Mercadona, deje de putearme.